De seguro conocen la historia de Ali
Baba y los cuarenta ladrones; Ali Baba era un humilde campesino quien tuvo la
oportunidad de estar en el lugar y momento indicado cuando una cofradía de
malhechores llegaba a su escondite secreto, sitio donde guardaban el botín de
sus robos y asaltos, y pudo observar, oculto y aterrado por estos bandoleros,
como el líder se paraba frente al pie de una enorme montaña y gritó las
palabras “ÁBRETE SÉSAMO” y de inmediato una enorme roca comenzó a desprenderse
de la montaña mostrando la entrada a una oscura cueva. Así tuvo Alí Baba acceso
a una inmensa fortuna e inimaginables riquezas.
Según El Pequeño Larousse, ABRACADABRA
es una palabra que utilizan los ilusionistas y magos para acentuar el clímax
de su actuación y los brujos de los cuentos (como parte de un conjuro). Es un
concepto que representa fantásticos poderes mágicos.
Es regocijante saber que nuestra
cultura también posee trascendentales
palabras y frases con la capacidad ilusionante de abrir inmensas e imponentes
puertas, sin mencionar los grandes e inimaginables deseos que conceden ciertos
términos sagrados existentes en nuestro idioma. Lo interesante del caso es que
toda la comunidad, sin importar clase social, color de piel, inclinaciones
políticas, credo y religión tienen la accesibilidad y libertad de utilizar
estos eficaces artilugios.
Por ejemplo, varios criptogramas,
descubiertos hace miles de años y que en muy escasas ocasiones son utilizados,
aún a sabiendas de que el sólo articularlos pone en nuestras manos casi todo lo
que deseamos, sea grande o pequeño, en una situación particular y muchas veces
apremiante son los siguientes:
P-O-R-F-A-V-O-R, palabra castellana y
tiene el poder mágico de abrirnos las más complicadas y prefabricadas
cerraduras.
G-R-A-C-I-A-S, este concepto en
particular es un conjuro utilizado por grandes maestros de las buenas
costumbres, va dirigido directamente a los sentimientos de las demás personas,
literalmente podrás conquistar a prácticamente todo el que te rodea.
S-A-L-U-D-O-S, término que su
principal característica es la de “llave maestra”, una mágica forma de enlace
místico con los seres humanos. Con la simple evocación de esta palabra una
fuerte energía de salud y vida se derrama sobre la persona a la cual vaya
dirigida.
P-E-R-D-Ó-N, artilugio que desprende
de sí una radiante luz de altruismo y misericordia, renunciar a obtener
venganza por una ofensa recibida es una de las acciones de gracia y
magnanimidad que más nos acerca a la semejanza divina. Otorgar esta mágica
palabra hacia una persona que nos haya faltado es el mayor ejemplo de humanidad
que podemos mostrar.
D-I-S-C-U-L-P-A, es una palabra cargada de humildad y deseos nobles de mantener los más básicos principios de convivencia humana. Entereza, madurez y gallardía son valores que siempre acompañarán a toda persona que se valga de este término.
H-O-L-A, es una interjección en español usada como salutación familiar, es decir que no solo demuestra educación y ética, también nos facilita el acercamiento hacia todos aquellos que sea pronunciada.
A-D-I-Ó-S, H-A-S-T-A-P-R-O-N-T-O; pocas veces las despedidas son agradables, pero cuando son inevitables, dejar tras tu partida una expresión ceremonial que de a las personas que la reciben una agradable sensación de tranquilidad, no tiene precio.
Esas ya mencionadas y otras palabras mágicas que posee nuestra fantástica y rica lengua y que
han sido heredadas por nuestros místicos ancestros, son expresiones que nos corresponde el deber de transferir a las generaciones encargadas de suplantar la nuestra.
Hay muchas más, se los aseguro. Los invito a conocerlas, aplicarlas y descubrir su enorme
poder.
Rafael Henríquez.
@jcrhenriquez