Será la cuarta vez que la Copa de Europa se decida en el estadio Guiseppe Meazza de Milán.
Si un equipo logra decir
presente en dos de las últimas tres finales disputadas en la mayor competición
del fútbol Europeo, y en la reciente ocasión llega dejando en la orilla a
cuatro equipos que terminaron líderes en sus respectivas ligas (Benfica, 1er
lugar Portugal; PSV, 1er lugar Holanda; Barcelona, 1er lugar
España; Bayern, 1er lugar Alemania), entonces podemos concluir que
dicha presencia no se debe a una conspiración interestelar, mucho menos, a la
osada decisión que tomo el emperador Julio Cesar de agregarle un día al
calendario romano, sino más bien, al hecho de que cuando un combinado tiene ganas,
garras y un buen director, llegar a la gloria, es algo que en gran medida
depende de él.
Y si hay un conjunto que en este
momento arropa a la perfección las cualidades anteriormente señaladas, no puede
ser otro que el Atlético de Madrid. Para una plantilla que no cuenta con los
nombres ni los presupuestos de la clase más privilegiada del fútbol europeo, lo
conseguido hasta el momento, es propio del ímpetu que en el terreno ponen los
dirigidos por Diego Pablo Simeone, quien el sábado buscará convertirse en el
tercer entrenador “no europeo” en ganar la Copa de Europa.
Con un estilo criticado por
demás, basado en la solidez defensiva y el desgaste físico-emocional del
contrario, el Atlético se ha abierto paso entre los mejores clubes del mundo.
Este sábado en San Siro, se medirá por el campeonato europeo frente a un rival
que lo ha ganado en una decena de ocasiones.
Imagen por colchonero.com |
Sin lugar a dudas, nadie
juega mejor que el Atlético a la resistencia, su gran desafió radica en qué tan
bien maneje el balón, puesto que para ganar tienes que marcar. ¿Qué tan
capacitado está el Atlético para poner en la cancha un juego de ataque? Esa es la gran interrogante que tiene de frente el equipo colchonero, el cual
después de la derrota en Lisboa, ha sumado cinco victorias y tres empates
frente a la escuadra madridista.
La clave
¿Cuál ha sido la clave del
éxito de un equipo que ha eliminado a los mejores clubes de fútbol, aun cuando
no cuenta con los nombres ni los presupuestos para equipararse a los mismos?
Sin temor a equivocarme le atribuyo al señor Diego Pablo Simeone dicho crédito.
En su vasto conocimiento del juego, ha desarrollado un talento para persuadir y
liderar a sus jugadores, que hasta el más perspicaz de los entrenadores
anhela.
Es que no existe un escenario mental que fomente más el ser competitivo, que el que Simeone presenta a sus jugadores, simple y llanamente representa un ejemplo de que cuando un instructor es dueño y amo de la voluntad de sus jugadores, muchas cosas buenas pueden pasar.
Real Madrid
El Real Madrid llega a San
Siro dejando en el camino cuatro equipos de menor envergadura que los
aniquilados por su rival. El equipo de Zidane materializó victorias ante
El Malmo, La Roma, Wolfsburg y
Manchester City, primero, tercero, octavo y cuarto lugar de sus respectivas
ligas.
Pero en la mente de los más
escépticos, esas victorias no evidenciaron un juego dominante y certero, el
conjunto no presento su nivel más óptimo. En especial el partido de vuelta en
la semifinal, donde se mostraron muy conformistas, frente a un Manchester City
sin ningún predicamento y sin ritmo.
De cara al sábado podemos decir que a la
capacidad goleadora de Cristiano, y la progresión enseñada por Bale, se le
sumará la estabilidad que brinda Casemiro en el medio centro, y lo demás solo
es cuestión de que ellos mismos logren explotar todo el potencial que tienen a
la mano.
Otro elemento que sin dudas
debe detonar el Madrid es la capacidad de su técnico. Si bien decíamos que
Simeone es el dueño absoluto de la voluntad de sus muchachos, también afirmamos
que de lo único que es poseedor el eterno Zinedine Zidane, es de la voluntad de
ver cómo sus jugadores ponen en el terreno lo que le dicten sus deseos.
Zidane debe demostrar que
tiene control y estrategia, las garantías de un equipo en cualquier disciplina
deportiva radica en su orden. El galo está llamado a imponerse sobre los
caprichos de sus estrellas, y más importante aún, a enseñar una estrategia
propia de un conjunto como lo es el Madrid.
El juego tímido frente al
City no es pertenencia de la casa blanca, el Madrid es mejor con algo más de
vértigo, más ambicioso, sus jugadores son más de arrollar que de controlar.
La final de San Siro es la final del coraje contra el potencial. La suerte está echada, el Atlético con su estilo, criticado pero dentro de los parámetros del juego limpio, buscara la gloria como mejor sabe hacerlo; el Madrid, que con un registro de 14 encuentros en Milán nunca ha conseguido ganar, creo que tiene el potencial para llevar al Bernabéu se undécima copa de Europa, y evitar quedarse otra temporada, con las manos llenas de derrotas.
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