No recuerdo cuando empecé a amarte, pero sé que te amo desde antes de poder razonar. Te amo antes de saber lo que significa amar, tal vez porque mi destello de vida se encendió cuando tus entrañas energizaron mi corazón.
No recuerdo cuando empecé a verte tan hermosa, porque aún mis ojos no podían parpadear. Pero desde que tu calorcito me brindó protección sentí la belleza que emanaba de tu interior.
Una chispa originada en tu alma fue el candor que dos vidas creó, y la hoguera que ardía en tu pecho fue tan candente y abrasadora que con un solo sexo no bastó. Hembra y macho parió tu pureza, Macho y hembra tu disciplina crió.
Dos seres con marcadas
diferencias que no percibieron dividido tu rebozante amor. Y un tercer retoño se
desprendió de esa ternura, haciendo más dulce tu adorable sonrisa. Tres somos
los que con orgullo te miramos y los que con recelo has guiado a la adultez,
una triada que al besar tu mano, piden la bendición que Dios depositó en tus
ojos.
Al esparcir tu bendita
prosperidad, diseminaste de paso la incalculable gracia que reviste tu piel,
llenando de alegría nuestros ojos soñadores que te contemplan con afectuosa ilusión.
No recuerdo cuando empecé a
adorarte, pero desde que mi primer aliento se manifestó sentí como tu abnegación
y desmedido cariño arroparon mi cuerpecito y aun sin saberlo me di cuenta que
te adoraría más allá de mi existencia.
Hermoso, definitivamente estas líneas son la mejor forma de hablar de lo puro y único de ese amor. Me encantó.
ResponderBorrarLicda. Berny Dicló