La suspensión de Draymond Green es un caso que ha suscitado innumerables y encontradas opiniones, y el debate generado va desde ridículas posiciones hasta técnicos análisis. ¿Es cuestionable la sanción sobre el jugador dictada por las autoridades de la NBA? ¿Merece el baloncestista el castigo impuesto?
Este caso tiene
muchas aristas por las cuales podemos tocarlo, por ejemplo, el juego físico e
intenso de Green lo lleva a cometer muchas fouls
personales y algunas de esas infracciones entran en el rango de “faltas
flagrantes”, son las faltas innecesarias que ponen en peligro la
integridad del jugador que la recibe.
El estilo rudo del small foward de los Golden State Warriors, hace recordar el baloncesto agresivo de los
años 90´s, tiempo en que el juego tosco y agresivo era algo normal. Ver
choques, trompadas, empujones, pisotones, halarse del uniforme era el pan
nuestro de cada día.
Entre los nombres
de esa época que se destacan como agresivos y hasta violentos tenemos a Charles
Barkley, Ben Wallace, los famosos “Chicos Malos” de Detroit Pistos, Isiah Thomas, Bill Laimbeer, Ricky Mahorn.
Ver reflejado en
Draymond Green el llamado “juego sucio” nos lleva a concluir que él es el bad
boy (chico malo) de estos tiempos. Su proceder temerario ralla en lo
violento, al punto de ser considerado por mucho como una conducta
antideportiva.
Ahora volvamos a
los tecnicismos, existen dos tipos de “faltas flagrantes”:
Tipo I: falta intencionada innecesaria,
fuerte y antideportiva (viola los principios de la deportividad). Se penaliza
con dos tiros libres sin rebote, posesión para el equipo
que ha recibido la falta y el jugador que la comete recibe una sanción económica
que va desde 10,000 a 35,000 dólares.
Tipo II: falta innecesaria y excesiva que
puede poner en peligro la integridad del jugador que la recibe. Se penaliza con
dos tiros libres sin rebote y posesión para el equipo
que ha recibido la falta y el jugador que la realiza es inmediatamente
expulsado. Se sanciona económicamente al jugador que la ha hecho y además, la NBA puede castigar al infractor con uno
o varios partidos de sanción.
La falta flagrante tipo I cuesta 1
punto y la tipo II cuesta 2 puntos. Si un jugador presenta 4 de estos puntos en
su haber, es inmediatamente suspendido un encuentro. (Información tomada desde www.masnba.es).
Desde el inicio de los Playoffs, Green ha reincidido en la
comisión de faltas flagrantes, cabe destacar que la clasificación de la infracción
queda a juicio de los árbitros.
En la primera ronda contra Houston Rockets el fornido jugador lanzó
al suelo a Michael Beasley, lo que le valió el primer punto por esta acción
catalogada como tipo I. Más tarde, en la Final de conferencia, Green le dejó
dantescos recuerdos al pivot de los Oklahoma
City Thunders Steven Adams; lo golpeó dos veces en las entre piernas, la
primera vista como flagrante I y en la segunda ocasión la falta marcada como
tipo II, fue considerada con elementos de mala intensión y excesiva
agresividad, sumando uno y dos puntos respectivamente.
Según el reglamento, ya en este
punto la acumulación de puntos negativos como producto de las faltas cometidas
le valían ser suspendido, pero por la importancia del escenario los jueces
optaron por sancionarlo con una multa de $US 25,000 con la advertencia de no
volver a reincidir en su comportamiento dentro del tabloncillo.
El cuarto partido de la Serie Final
fue protagonizado por un encontronazo entre la estrella de los Cleveland Cavaliers LeBron James y el intensamente defensivo Draymond Green.
Como resultado de dicho altercado
tenemos una “falta técnica” pitada contra James, y tras una exhaustiva
evaluación, fue decretada la cuarta “Flagrante” para Green y su tercera de
categoría I. Lo que le costó la suspensión del quinto juego de la serie para
quien ha sido el jugador más consistente de Golden
State, y principal candidato para el MVP de la Final.
Después de analizar
lo descrito, las preguntas planteadas al inicio tienen respuesta:
¿Es cuestionable la
sanción sobre el jugador dictada por las autoridades de la NBA?
No, los jueces
actuaron conforme a lo establecido por las reglas, es más, fueron flexibles al
no dictaminar el castigo inmediatamente alcanzó el cuarto punto.
¿Merece el
baloncestista el castigo impuesto?
Sí, su
recalcitrante conducta antideportiva lo hace merecedor de una pena que no se
imponía desde que la purgara Jerry Stackhouse, cuando vistiendo la franela de Dallas Mavericks cometiera una falta
flagrante sobre el centro de los Miami
Heat Shaquille O´Neal, en el cuarto partido de la Serie.
¿Qué tanto ayuda a
su equipo este juego tan fuerte e intenso? A mi entender mucho, su estilo
le ha valido convertirse en la bujía inspiradora del los Warriors.
Mas, a sabiendas
del tipo de sanción que caería sobre él, la otra pregunta que surge es; ¿cuán
irresponsable fue su proceder? Creo que fue muy insensato de su parte, pues
conociendo el valor que su figura representa para su conjunto, debió controlar
su ímpetu y no caer en la trampa tendida por LeBron al pasarle por encima tras
el encontronazo.
Steve Keer |
El otro culpable al
que creo se debe señalar es el dirigente de Golden
State, Steve Keer. El hombre conoce la inestabilidad de su jugador y con un
partido favoreciéndolo ampliamente y faltando menos de tres minutos para
terminar el juego, Green no buscaba nada en la cancha.
Así que optemos por
dejar este capítulo cerrado, ya que la experticia realizada arrojó que fue
“Falta y Vale”.
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