--Pa', ¿David Ortiz va a jugar con el Escogido?
-Con esa pregunta descubrí en mi hijo un fanatismo hacia la figura de Big Papi que desconocía por completo. Yo no le enseñé sobre esa estampa del deporte, tal vez en alguna ocasión aislada mencioné su nombre y que pertenece a los Leones del Escogido, equipo de la Liga de Béisbol Invernal Dominicano. Pero su trascendencia mediática, sumada al aura de grandeza que a fuerza de palos ha forjado, llegó hasta los ojos de un jovencito que recién formaba su inclinación deportiva.
--No creo compay.
-Le respondí a mi primogénito un tanto decepcionado, desencanto que de inmediato se reflejó en el rostro del niño.
--El hombre está cansado y lesionado, dudo mucho que juegue aquí.
-Continué diciendo, con ese deseo reprimido de escuchar su nombre en la alineación escarlata a mediados de diciembre.
Como
el hijo mío, muchos chiquillos dominicanos ya no podrán ver en vivo al toletero
zurdo de Haina. David Ortiz anunció su retiro del diamante en todos los
escenarios posibles, incluyendo una ilusoria participación en el Clásico Mundial de Béisbol (WBC), por sus siglas en inglés, a celebrarse en
la primavera del 2017. Y de paso descartando colocarse la casaca escarlata de la
franquicia que lo vio emerger en el lado derecho del Estadio Quisqueya Juan
Marichal.
Yo sí disfruté sus batazos en el Coloso del Ensanche
La Fe, fui testigo de ese vibrante carisma que hoy en día tiene a la ciudad de
Boston rendida a sus pies, yo escuché a los <Científicos de Palo e' Lu'> del
barrio decir: "Ese mastodonte tiene futuro en las Mayores, va a dar muchos
palos".
Sus palabras fueron proféticas, con razón el mote de
científicos, sabiondos de oído que se congregaban en las esquinas y repetían
más de lo que realmente sabían, pero en esta ocasión fueron certeros.
Proyectaron en sus cátedras sin pupitres una de las más emocionantes carreras
de pelotero alguno en los 140 años de historia de Mayor League Baseball (MLB).
David Ortiz no siempre fue el gigante que azotó el
pitcheo de la Liga Americana. Firmado por los Marineros de Seattle como un
agente libre amateur el 28 de noviembre de 1992, agotó su tiempo de preparación
en los circuitos minoritarios, y en 1996 fue el "jugador a ser nombrado
más tarde" en un cambio por Dave Hollins procedente de Minnesota Twins.
Aquí empezaron las crujías del 1ra base y bateador designado dominicano.
Ortiz llega a la organización de los Mellizos y es subido
a la Gran Carpa en 1997, pero un prospecto en Las Menores llamado Doug Mientkiewicz, descollaba con una sorprendente proyección y su posición era la misma que
el zurdo dominicano. En 1998, conocido entonces como David Arias dio
avistamientos de la clase de bateador que podía llegar a ser, .277 de promedio
de bateo, con un buen porcentaje de embasarse de .371, 9 cuadrangulares y 46
remolcadas en 82 partidos mandaban un claro mensaje.
Al final de ese año el novel toletero dominicano se integró a los Leones del Escogido en la temporada del Béisbol Invernal (1998-99), siendo esta su quinta participación en la pelota local. Ya había remolcado 21 carreras en la temporada anterior (1997-98), y llegaba con una etiqueta de macetero. Participó en 40 partidos, en esa temporada se jugaron 60 juegos, siendo líder en dobles de la liga con 12 y en OPS con .850, además remolcó el mayor total de su carrera en la Liga Dominicana con 28, apoyado en 4 batazos de cuatro esquinas.
Nace una Leyenda
Al narrar hechos reales mezclados con fábulas sobrenaturales, la historia contada se convierte en una leyenda, y justo así se empezó a describir la carrera beisbolística David Américo Ortiz Arias.
En la Serie del Caribe de 1999 celebrada en San Juan
Puerto Rico, los Tigres del Licey, Campeones Nacionales (1998-99), llevaron como
refuerzo a David Arias, y fue en el último partido contra los Indios de Mayagüez de Puerto Rico, donde empezó a forjarse esa aura de
bateador oportuno en momentos apremiantes, un hombre del clutch.
David Ortiz |
David Arias se veía imponente en el plato, sus 220 libras
cubría todo el terreno, tenía una concentración que parecía la de un monje budista.
Belliard se roba la segunda base, colocando la carrera de la victoria en
posición anotadora. Priest realiza su lanzamiento, aún recuerdo la esférica
abriéndose paso entre la densidad del aire, desde la tv se podía ver lo pesado y tenso del ambiente, las costuras de la pelota dejaban una estela en el espacio, que
buscaba romper en la esquina externa del plato. El swing de Ortiz fue
relampagueante, aún se escucha el estruendo del bate al hacer contacto con la
bola, un láser por la raya del jardín izquierdo. Con ese batazo Licey se corona
en la edición número 29 de la Serie del Caribe y nace así la leyenda de David
Arias.
Con esas actuaciones de su paso por MLB, en la Pelota Invernal y en la Serie del Caribe, muchos pensamos que su puesto en
la alineación de Minnesota estaba asegurado, pero sorprendentemente se pasó la
temporada de 1999 en Ligas Menores, prendiéndole fuego a AAA, en 130 partidos bateó
para .315, 30hr, 110 empujadas y un astronómico OBP de .412. "¿Y no le van
a dar la oportunidad", "¿No lo van a subir al equipo grande?".
Era la vox populis de los dominicanos,
mientras el portentoso jugador de 6'3'' de estatura, hacía gárgaras con los
lanzadores de los circuitos minoritarios en Salt Lake Buzz y Pacific Coast
League.
Doble dígitos en cuadrangulares en 2000 (10), 2001
(18) y 2002 (20), siendo este último año el más cercano a su consagración como
un jugador regular de Grandes Ligas, en 125 partidos conectó 32 dobles empujando 75
carreras. Esto no fue suficiente para la organización de los Mellizos, quienes
para evitar un pago por arbitraje de $US 1.5 mm lo dejan libre. Pero como dicen
los viejos: "Todo obra para bien", por recomendación de Pedro
Martínez, la organización de Boston Red Sox lo adquiere como agente libre por
$US 1, 250, 000.
Su actuación en la temporada del 2003 con los Medias
Rojas le valió para quedar 5to., en la votación para Jugador Más Valioso (MVP).
La valía como bateador del clutch del renovado David Ortiz no se hizo esperar y en la Serie
Divisional del 2003, contra los Atléticos de Okland, y los Red Sox enfrentando
la eliminación, un batazo de dos carreras del bateador designado de Haina le
dio a su equipo una ventaja mínima en el 8vo episodio, ganando el juego y
eventualmente la serie, en el máximo de cinco partidos.
El Exorcista
Cómo olvidar la Serie de Campeonato del 2004, contra
sus acérrimos rivales, los Yankees de New York. Los Mulos del Bronx dominaban
3-0 la serie, y habían masacrado la moral de los Medias Rojas en el tercer
partido, ganando 19 carreras por 8. Parecía que "La Maldición del
Bambino" trituraba de nuevo los sueños de Nueva Inglaterra.
En el cuarto juego, tras empatar en la
novena contra el inmenso Mariano Rivera con base robada de Dave Roberts, quien a su
vez había sustituido a Kevin Millar en primera y sencillo remolcador de Bill Mueller.
Al final del ining 12, con Manny Ramírez en base, El Big Papi camina al plato a agotar su turno. Encontró una recta en
la esquina interna, "duro y por su banda", creo que le desaforró la
costura a la pelota, depositándola en las gradas del jardín derecho.
Foto gracias a Mac Millan |
Ya David Ortiz, El Big
Papi, era la bujía inspiradora de toda una franquicia que logró en ese 2004
un Campeonato Mundial luego de 86 años de sequía.
Durante los próximos 9 años, Ortiz, a base de palos y
cargando en sus hombros el emblemático "Monstro Verde", se convierte
en el rostro del equipo que usa un par calcetines rojos como escudo de armas.
Standard Batting |
No es solo el madero, sus carreras impulsadas en los
momentos cruciales, los cuadrangulares en las entradas extras. Es su figura, el
temor que imprime en sus adversarios, su esencia de victoria aún en la derrota.
Es el poder de su discurso dado el 20 abril del 2013, días después que un
ataque terrorista durante el Maratón de Boston provocara la muerte de tres
personas y más de 260 heridos: "Bien Boston. Esta camiseta que vestimos hoy,
no dice Red Sox. Dice Boston... Esta es nuestra ‘maldita ciudad’ (This is our
fucking city), y nadie nos va a dictar nuestra libertad. Manténganse fuertes.
Gracias".
La fuerza de su entrega también se manifestó es el sermón de la Serie Mundial contra los Cardenales de San Luis en 2013: "Recuerden, la Serie Mundial no es en 10 meses. Son unos 10 días. ¿Piensan que van a venir a la Serie Mundial todos los años?, están equivocados."
Ted Williams, Cy Young y Carl Yastrzemki son nombres
cimeros y emblemáticos en la historia de los Medias Rojas de Boston, peloteros
que trascendieron, y gracias a sus actuaciones firmaron con letras doradas su paso
por la centenaria organización. David Ortiz, en estadísticas y "numeritos
fríos" está a su altura, pero como la vida se mide en resultados, me veo
en la posición de afirmar que haber exorcizado "La Maldición del
Bambino" y darle a la franquicia tres campeonatos en 13 años, lo elevan un
peldaño por encima de esos colosos.
Tal vez la pregunta y el fanatismo de mi hijo, plantó
en mi una curiosidad que me llevó a investigar parte de los antecedentes del Big Papi, y si describiéramos las
actividades altruistas y filantrópicas realizadas desde David Ortiz Chlidren's Fund,
significaría erigir más su figura.
Pero conocer su historia es comprobar que esos
intangibles no se pueden cuantificar, que es imposible ajustar su carisma a
las "victorias sobre el jugador reemplazo", que no podemos medir en
pies la distancia recorrida de un bestial palo, conectado por su voluntad de
salvar la vida de ese niño que necesita un trasplante de corazón. O la valentía
remolcada por un contundente doble a la pared del Monstruo Verde, que le
devolvió la confianza a una población mellada por un ataque terrorista.
Hoy, la ciudad de Boston se rinde a los pies del Big
Papi, y desde este archipiélago caribeño llamado República Dominicana, aplaudimos y loamos a una leyenda que representa la grandeza, y enorgullece a todo un pueblo.
Wikipedia - Boston Red Sox
Equipos MLB - Blog
Baseball Reference
David Ortiz Childrens Fund
Winterball Data
Corrección: @jcrhenriquez
DERECHOS RESERVADOS.
0 comentarios:
Publicar un comentario